Mis señales
de existencia son débiles, mis piernas tiemblan, mis manos tiemblan y este frío de Iceberg me congela; busco una pequeña luz que me pueda confirmar que aún estoy
viva, tanteo las paredes de esta horrible mazmorra, por donde se desliza el
agua, el olor es nauseabundo y por entre mis pies serpentean las ratas, mis
únicas compañeras de cautiverio.
De
pronto escucho el chirrido de una que se abre, allá en un espacio muy lejano y
unos pasos que retumban sobre el piso frío se encaminan hacia el sitio en donde
estoy esposada, grilletes atan mis pies, obligándolos a no moverlos para evitar
el lastimarlos.
Mis
recuerdos aparecen , estoy condenada a muerte, pronto vendrán por mí, ya debe
estar lista la leña, mi cuerpo arderá hasta convertirse en un trozo de carne
inerme, el viento también será mi enemigo, avivará el fuego y mi largo traje
será consumido por la llamas al igual que mis cabellos…tengo miedo, mucho
miedo, no puedo escapar a la sentencia, ya el Tribunal de la Santa Inquisición
determinó que soy una bruja, por ser conocedora de los misterios de la vida, se
me ha condenado a la hoguera por tener conocimiento, por conocer de Anatomía, botánica,
de la sexualidad, el amor, y la
reproducción; por ser conocedora de las plantas y sus beneficios, además porque
los que gobiernan han consolidado un modelo social totalmente masculino, en
donde las mujeres no tenemos cabida, porque con todo lo que sabemos, nos
podemos liberar de esa sexualidad reproductora, con la cual se nos prohíbe el
placer.
Llegó
el momento, el carcelero se acerca, su cuerpo mórbido se mueve, en sus manos
trae un manojo de llaves grandes, la herrumbre las cubre, se detiene ante mí,
una sonrisa burlona y de medio lado escapa de sus labios, Yo me veo flotando,
no me puede alcanzar, para algo sirvió el Arsénico que hace aproximadamente 15
minutos ingerí, me he librado de todo el sufrimiento que me esperaba, floto,
floto y continúo flotando sobre la nada, mi energía se integra al todo, mis
recuerdos desaparecen y Yo con ellos.
He
recorrido miles de años, altiva y majestuosa hoy escribo poemas.