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Oiga Caleño, Usted señor visitante, ¿me acompaña a disfrutar una noche
realmente asombrosa? Venga Yo lo invito, subamos paso a paso las gradas de
piedra que nos llevarán a la otra Cali, esa Cali detenida en los años 60,
escuchará Usted no ya el croar de las ranas o el canto de una Chicharra
enamorada, solo oirá guitarras entonando acordes melodiosos alegremente
interpretados por seres universales, aquellos de cabellos largos, de aretes, piercing, collares multicolores, manillas y mirada perdida en recónditos
pensamientos, el viento le robara una sonrisa y a usted señora, si se descuida,
su falda le tapará los ojos.
Encontraremos Artesanos que le ofrecen infinidad de creaciones, artistas
que no los encuentra en museos o grandes Salas de Exposición, que no han tenido
reconocimiento por parte de los famosos críticos de arte, pero que le harán
saltar el corazón de alegría ante tanta exótica belleza.
Todos los acentos escuchará
Usted, desde una voz delgada que llega de la Patagonia, hasta la voz cantadita
que viene del Sur de nuestra frontera, es Sudamérica posicionada en esta
pequeña loma, con olor a viento, leña quemada y hierba fresca.
Conozca parte de la historia de la vida
a través de cuenteros, deje volar su imaginación y ría, ría, ensanche su pecho
y llénelo de magia, de zona Andina de “ojos azules, no llores ni te enamores”
de “vasijas de barro” de olor a Pachulí, vístase con una manta Guajira,
cuélguese un bello morral con tejidos de figuras multicolores, elaborados por
mujeres Wayuu quienes impregnan su sentimiento ancestral, sueñe con sonidos de
Capadores, guitarras y guaduas como suave corriente de agua deslizándose por su
piel.
Déjese llevar, escuche aquel ser
nocturno, conozca su vida, conozca de sus luchas, de sus viajes, escuche el
sonido de la noche a través de cánticos, versos, cuenteros, le aseguro que su
imaginación volará, su espíritu se reconfortará y se convertiré Usted en uno más
de los que hemos caído en el embrujo de la LOMA DE LA CRUZ.