Busqué entre la neblina, los momentos perdidos
de un cuando quisimos querer el instante preciso
que se hiciera un ahora, en ese ya irreflexivo
que transformara y permitiera un momento de locura
en una vida plana, sin motivos.
No lo permitió el tiempo,
el frío se acomodó entre los guaduales
y la niebla cubrió los espacios, escondió los deseos
tus ojos y mis ojos se perdieron, dentro de esa bruma
que deja el adiós, helado, golpeando nuestros
corazones.
Congoja de un amor, de un si no dado
tal vez porque despertó demasiado tarde,
cuando las hojas de los árboles, habían huido
y el paso de los años atropellara nuestros cuerpos,
apropiándose de todo
hasta de lo único que quedaba,
¿el tacto?, me pregunté
y la respuesta fue un sí, sobre una piel desierta,
que ni su postrera caricia del adiós
permitió que los surcos se humedecieran,
solo corrieron lágrimas, que plantaron la semilla
para un próximo reencuentro, en otra vida.
Fotografía de mi propiedad