Mi gran casa
heredad de mis ancestros,
células que cuentan historias
de antepasados que reviven,
a través de su semilla
y demarcan, aquello que seré,
lo que soy y lo que siento.
son mis ojos ventanas abiertas a espacios
mi boca, portón por donde entran/
los nutrientes que sostienen la vida
mi cerebro, el que escoge, rechaza y selecciona
la vastedad que se me ofrece.
Algún día, sin esperarlo,
resuenan tambores alborozados
es el corazón que palpita,
con sonido de cascada
y es que ha llegado el amor a casa.
¡Ah! Turbulencias
que convierten en felicidad lo que toca
¿hasta cuándo? No lo sabemos
pero el cuerpo lo siente y se estremece
lo vive, y lo disfruta,
acompañante permanente,
sembrando de nuevo la vida
se puede quedar con él,
sintiendo la vibración en su casa
o puede llegar la oscuridad,
porque el amor cambió de casa.
(Imagen de la web)