Quise
escribir tu nombre y plasmarlo
En el
silencio póstumo de un adiós
Amalgama
de recuerdos,
Enredados
en la madeja de lo irreversible
Ovillo,
llanto de luna, noche helada
Alma
transparente ajena a lo vivido
Que borra
los arreboles encintados
Y los
cánticos del futuro, encerrados
Bajo
las sombras desfiguradas.
Solo
la memoria guerrera
Aprisiona
ese nombre, esculpido en barro
Que se
deslice cuando el alma gime
Dolor
de un pasado, cincel martillando la piedra
Grabando
figuras sobre la piel reseca
Que gime, anhela y ama
Es esa
mudez de páramos
Que resbalan
lágrimas salobres
Hijas
del mar.
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