lunes, 11 de noviembre de 2013

MIS JUGUETES



Soy una niña de siete años, mi piel hace juego con el color de las paredes y el piso de mi casa, soy más clara que el chocolate espeso, pero mi madre dice que mi alma es blanca como la espuma del mar, como los copos de algodón que asoman en el cielo, cuando me acuesto en la playa a formar figuras en el cielo.

En las tardes cuando juego aparecen mil juguetes, conchitas de mar son mis canoas y un caracol es mi teléfono, tengo una finca que construí con muchos animales, mis caballos yo fabrico con los  plátanos verdes, aquellos que  mamá compra y prepara el patacón pisao; con las cáscaras del huevo, mi jardín florece todos los días, el mar baña mis pies y me quita los zapatos de modelos diferentes, cuando mis pies se hunden en la playa y la arena me los cubre, dándole infinidad de formas.

Mi playa es oscura, en la arena hay mucha basura, trozos de madera aparecen los cuales los recojo y los coloco en montoncitos, para calentar el cuartito de mi muñeca Jecundina, la del vestido morado que me coció mi mamá, haciéndole el pelo ensortijado, igualitico al mío, mi mamá me dice : “hijita dale gracias al cielo por tener tu pelito quieto, te podes librar de los piojos, que se suben a la cabeza, con tu pelo ensortijado y pegadito al pellejo, de seguro que estos bichos, no pueden andar en ella.

A las cinco me levanto a moler las arepas, mientras que mamita prende fuego en la hornilla de leña, cuando el fuego se agranda, mis ojos se encandelillan y sueltan lágrimas, mis vestidos huelen a humo, mis cuadernos a “pescao” y en mis uñas papá me dice que podría sembrar cocotales.

Mamita dame un beso y échame la bendición, que me voy para la escuela a cultivar mi imaginación, ya sé que con la A yo puedo escribir amor y con la B el beso de mi abuelo Jeremias, con la M mamá y con la P papá, “pescao” y patacón “pisao”, con la O escribo olas y también con la M escribo mar; también me han enseñado que Dios está en todas partes, pero no entiendo por qué Yo no lo veo, que ante la pobreza debo tener resignación, y que el agua de panela alimenta más que la lecha blanca y que si mi rancho se cae, debo dar gracias a Dios, sabes mamá que eso me suena raro? Pero así lo dice la maestra.
Lo que más me gusta de la escuela es el regreso a mi casa y las piruetas que hago sobre la arena fresca, construyo castillos con reyes, reinas y pajes y con la tiza de la escuela juego a que soy muy blanca y luego cuando  el mar me baña, pienso que estoy quemada por el sol que me cobija.

Ve mamá, dónde están mis ollitas rojas, verdes y amarillas, que está empezando a llover y Yo te quiero recoger, toda el agua del aguacero, para tener que beber, también te voy a coger varios rayos y centellas, para alumbrar nuestro cuarto y no gastar tanta vela.


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