“… por la esquina del viejo barrio lo vi pasar
Con el tumba’o que tienen los guapos al
caminar…”
Hoy lo vi pasar
Igual que cada noche
Siguiéndole el paso a la luna
Pero esta se escondió
Desapareciendo su risa
Ella ya no estaba
Ni el sillón, ni lo que dejaste al partir
Te creíste dueño de su vida
Convirtiéndola en cristal roto
En jirón de vestido
En piel reseca
Y mientras, adentro un tango sonaba
“… y todo a media
luz, crepúsculo interior
Que suave terciopelo, la media luz de amor…”
Allí estaba nuevamente Ella y el amor
Y el vino y la copa y su música
Y eran versos los que salían de su alma
Y era su alma pasión
Y en sus ojos aparecía el deseo
Y las ganas de vivir.
Era nuevamente Ella
Con su cabello al viento
Con su sonrisa expandida
Y su cuerpo, su cuerpo
Que la brisa seguía
Y los ojos morían, morían de amor.
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