martes, 12 de abril de 2016

¿PODREMOS AÚN SALVAR EL PLANETA TIERRA?

                                                                                        Fotografía de mi propiedad

Aún puedo respirar y me he quedado maravillada, mis pulmones se ensanchan y sonríen y los árboles que encuentro a mi paso agitan sus verdes sombreros y me saludan festivos, algunos se inclinan y me refrescan, otros tejen pequeños espacios, mostrándome una bella filigrana, dejándome ver entre su follaje, esa claridad entre azul y blanco, por donde los rayos del sol penetran bronceando la piel.

Rio tranquila y me siento protegida, el aire baja encañonado por entre las cordilleras, refrescando mis pasos; el rocío de la madrugada me cautiva, el canto de los pájaros con sus plumajes multicolores alegran la vida y el sonido del agua danzando de alegría refresca las riberas.

Los campos reciben la semilla y se cosecha la tierra y la vida, que llega con olor a albahaca, la piel del color de las motas de algodón, ojos negros como la tierra y los labios dulces como la panela.

El mar majestuoso viste la playa de olas, arrecifes, corolas y peces serpentean y allá en el infinito paralelan el sol y el agua, cerrando sus compuertas, tiñéndose de colores anaranjados, un pescador regresa con su canoa llena de peces, mientras su atarraya soñolienta descansa sobre la playa.

Allá a lo lejos se siente la respiración de la selva, con olor a musgo, a humedad; el caucho derrama leche y el aborigen remonta los ríos con el conocimiento de las plantas medicinales y la comunicación con sus ancestros a través del Yagé.

A lo mejor un mono sueña y una cascabel espera nuevamente a su Eva, para volverla a obsequiar con el conocimiento, y que sea ella la que proteja  la biodiversidad y a sus hijos; los árboles se despiertan regalando oxígeno, mientras los volcanes dormitan y las montañas protegen.

La tierra palpita de amor y sacude las fronteras creadas por los hombres y mientras tanto el hombre, destruye la tierra, mata el oxígeno talando los árboles, desforestando la tierra, caza animales que se encuentran en vía de extinción y comercializa sus pieles, cambia sus semillas por semillas transgénicas, mientras Bayer y Monsanto engordan sus arcas, la corrupción se viste de fiesta y no les importa la naturaleza, secan los ríos, el petróleo asfalta los mares y la tierra gime cuando en cualquier parte del mundo mueren los niños víctimas del hambre.


La guerra se traga a los hombres, la historia desaparece, violan mujeres, matan Judíos, en nombre de Ala atacan al mundo, los misiles cruzan el espacio, las ciudades son convertidas en polvo y la sangre corre como ríos desbocados, se crean virus y bacterias, para que luego los industrias de los fármaco puedan vender sus medicinas, las vacunas se ensayan en los cuerpos africanos y surgen nuevas enfermedades, los alimentos producen cáncer, la droga como el Internet adormecen las mentes, las abejas desaparecen, el hombre ya no se comunica con su vecino, solo lo hace a través del chat, viviendo en una terrible soledad, así su amigo esté al frente y mientras tanto, la tierra gime, implora, llora al ver cómo nos destruimos y acabamos con ella; el planeta tierra agoniza y en su estertor se asombra al ver cómo toda esta civilización está cavando su propia tumba. 

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