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Hay un corazón herido
Que sangra los adioses reprimidos
Y las noches cuando los ojos se acostaron
Para olvidar su olvido.
Ahora, es ala lacerada
Con las plumas esparcidas
Incapaz de levantar vuelo.
Es paloma mensajera
Sin destinatario cierto,
En cuyo pico duermen sus desdenes
Y los ojos lloran lágrimas de fuego.
No permitas que las palabras
Vaguen silenciosas,
Perdiéndose en los rincones
Cargados de secretos.
Abre corazón tus ventanas
Deja que fluya la alegría
Para que tu alma,
Sedienta de abrazos y de besos
Ahora sí, emprenda
vuelo…
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