La
vida a veces nos pide, darle la cara al sol
con
sus rayos delicados o como sol de desierto.
La
vida a veces nos pide, dejar que el corazón hable,
que
cuente historias de amor o histerias de quebrantos.
Que
el eco repita con llanto su nombre,
O
lo pronuncie en diminutivo.
La
vida a veces nos pide que respiremos el aire,
a
campo libre y con vestido ligero.
Que
recibamos los vientos de agosto, en el sueño de una cometa,
que gocemos de la lluvia como caricia en el cuerpo,
soplo
de vida la brisa, o con un torrencial aguacero.
Que
miremos la solitaria luna, a través de los espacios
de
los árboles al acecho.
Que
soltemos las amarras y volemos tras los sueños,
sin
mirar atrás,
Y
es que la vida nos pide a veces
que
al menos por un instante,
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