Mujer en la que habitan los trigales
Y en su cuerpo germinan
Olores a tomillo y albahaca
Aquella que por sus ojos
Se pasean mares en calma
Y es su risa un tsunami
Y su cabellera cascada de pasiones
Son sus labios veleros a la deriva
Buscando el puerto de unos besos
.
Sobre su vientre se deslizan esas manos
Provocando en sus senos
Colinas de volcanes
Cántaros de almíbar se enredan en su boca
Y con sus manos de cosecha
Expande su pasión temerosa
Hasta alcanzar de lo prohibido
La miel que se ofrenda
En dos corazones que palpitan.
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