Pienso
en tus manos
Laberintos
de magia perdidas entre mis senos,
Tus
ojos constelación de luceros
Olvidos
entre las sombras de mis pestañas,
Selvas
humedecidas en mis pupilas de arcanos.
Las
calles estrechas de mi piel citadina
Con
sus ventanas abiertas y florecidas,
Y
sus plazas, espacios del deseo
Quisiera
que entonaran repiques de campanas,
Y
encendieran fuegos pirotécnicos, derramando sobre tu cielo
El
ardor que enardece los sentidos.
Quisiera
ser tremor de noche
Con
pupilas encendidas,
Cuotas
de luciérnagas alumbrando la avidez
Que
galopa sobre mi alma centinela,
Esperando
exclamar ¡ya todo está en calma!,
Cuando
los pasos se dirijan presurosos a los espacios
En
donde los suspiros se entremezclan,
Y
el corazón agitado, muerde el momento
De
tenerte, si de tenerte,
En
los resquicios que dejan los pórticos abiertos.
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