“Feliz quien goza, entre los hombres,
de la visión de estos misterios. Pero quien no haya sido iniciado en los ritos
santos no tendrá el mismo destino cuando llegue, tras la muerte, a las
tinieblas profundas” (Del himno homérico a Deméter).
¿Qué
misterio encierras
Grecia
antigua y prodigiosa
En
tu mirada ardiente?
Tus
ojos resplandecen,
¡Oh!
Tesalia, tierra de la magia
De
oráculos y sibilas.
En
cada copo del árbol
En
cada piedra que pisan
En
cada viento que sopla
En
su silencio de sabios
Eleusis
resplandece y perdura
En
el reino de Keleos y Metaneira.
¿A
qué arcano nos abres
En
tu juego psicodélico
Y
viaje desconocido
Al
umbral del paroxismo?
He
pisado tus alrededores Eleusis
He
danzado, he cantado y he sido iniciada,
He
adorado a Deméter y a Perséfone
Como
diosas del mundo subterráneo,
He
llegado al interior del templo
He
guardado todos sus misterios,
He
enterrado el trigo y lo he visto salir en primavera,
He
bebido el KYKEÓN, de cebada y menta
Viviendo
la experiencia de
Estados
alterados de conciencia,
He
bajado a las profundidades en otoño
Y
he vuelto a la luz en primavera,
Muriendo
y renaciendo.
He
visto la música en mil colores
He
visto el respirar de las plantas,
Llenas
de agua, colmadas de vida
He
sentido el canto de los pájaros,
He
comprendido el llanto de la lluvia
He
vivido y sentido todos sus misterios
Revelados
con su ingesta.
¿Pero
su enigma no me ha sido revelado
Que
planta, qué semilla,
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