¡Ay!
De mi cuerpo / De mis deseos y mis ansias
De
tus manos y de tu mirada / siempre anudados,
Cuando
de la pasión brotan
El
sabor de las fresas y las moras,
Del
vino escanciado de nuestros besos
Y
de la piel erizada y expuesta,
De
nuestros poros dilatados
Sedientos
y expectantes.
¡Ay!,
de nuestros corazones acelerados
Ávidos
por tocarnos sobre el suelo,
Y
surge de nuestros cuerpos
La
necesidad de acariciarnos,
Que
claman, exigen y reclaman
En
la sordidez de ese instante,
En
donde los demás desaparecen
Para
poder dar cuenta de lo que sentimos,
En
ese momento / de solo gemidos y jadeos.
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