sus manos
papiros colgados
que toman vida,
sus caricias
soplo de viento
besando la nostalgia,
sus ojos, estaciones de llegada
su rostro, caminos polvorientos,
recordando el pasado.
un abrazo de ella
y el mundo enmudecía,
su voz, la suavidad del murmullo
sus lágrimas,
filigranas, que colgaban como estalactitas.
fueron sus cabellos neblina
por donde los recuerdos se ocultaban,
su caminar, bordón
recorriendo la estancia,
¿y su alma?
¡ah! su alma, gravitaba
entre la grandiosidad del cosmos
y la finitud de la vida.
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