Calles con Sabor a existencia
y son los sonidos, aquellos sobresaltos,
con ruido de sirenas que llevan la vida
o lo que queda de esta.
Pitos de automóviles pidiendo vía
vendedores ambulantes,
ofreciendo necesidades
ocupando los andenes,
tranquilidad suspendida
por una trompeta,
con alguien que grita en la mañana
¡mazamorra y champús!
con leche y panela.
¡Ah! Gentes de mi ciudad
Que deambulan por sus calles
pasos en las aceras, y tacones lejanos,
humo de cigarrillos
y el chisme que merodea,
pensamientos interrumpidos
por ese exceso de ruido,
que murmura, ¡estamos vivos!,
así respiremos entrecortadamente.
Todo es mejor, que el silencio y la lobreguez
de una tumba.
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