Con su andar silencioso y lento
como río deslizándose
por entre las piedras,
sus pasos recorrieron
la senda del retorno.
Solo las huellas en las rocas
socavaron su transitar,
mientras que el silencio
escuchaba el ruido,
que resbalándose por el camino
lo conducía a su destino.
Imagen de la web
Aquellas pisadas
que marcaron devenires,
pensamientos que afloraron
sin destino cierto,
encrucijadas perdidas
en noches tenebrosas,
aliento de vida, en un corazón herido
que arrastra un tiempo perdido,
tan vacío, como su alma
errante como viajero,
con pasado sin regreso.
Así fue tu amor ausente
entre silencio de olvidos
y un bandoneón que llora
en una calle cualquiera
que tus pasos recorrieron.
“El valor del estudio del árbol genealógico, para conocernos,
explicarnos o sanarnos de esos traumas trans generacionales”.
Huellas iguales
Fraguadas como en palimpsestos,
Susurros de múltiples lunas
Recorriendo los caminos y senderos,
pies que se repiten
sonidos, olores, brisa,
visitada por los antepasados
que abrazan y rozan nuestras pieles,
pieles de ellos, de nosotros,
de nuestros hijos y sus descendencias.
Recogemos, sembramos
y nos adentramos,
acumulando el eco de las montañas
y la mente ignora su pasado,
viviendo ese eterno presente
el grito de nuestras células,
que repiten la mirada de papá
las manos de la abuela,
del tatarabuelo y su política
el paladar de la bisabuela,
en la vida de mis nietos,
en esa eterna conciencia colectiva.
