Tu vida en mi vida
se fue cociendo de a poquitos
con el sabor de plantas aromáticas
y el olor de la albahaca y el romero.
La lumbre se encendía
en los sabores y en la cama
la cocina seducía nuestro olfato
y la boca deleitaba el paladar.
Y fuimos mordisquitos de amor
de caldero y caderas
molinillo y movimiento
y sombras en las paredes.
Poco a poco y sin sazón
nuestra pasión se fue quemando
solo cenizas quedaron en los cuerpos
y en el alma pavesa.
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