Que más pedirle a
la vida
si no un terruño en
su patria,
un amasijo de pan
y en el corazón,
la esperanza.
Esta es la vida,
mujer emigrante
La que atraviesas
ríos,
sobre
embarcaciones endebles
huyéndole, a la
guerra.
Ateridas de
miseria
llorando su
destino,
llanto, hambre,
dolor y olvido
desarraigo luctuoso.
Tierras ajenas,
sin raíces
hijos que
deambulan,
con los pies
rotos
semicubiertos.
Y allá lejano, su
rancho, su casa
la maleza y la
hierba las cubren
el sonido del
pájaro carpintero
es solo el eco de
un recuerdo.
Plantas y
árboles, doblados
cómo se han doblado
sus cuerpos cansados,
¿y la resiliencia?,
dejando su huella.
Porque de esos
grupos,
solo saldrá uno
que otro
para contarnos su historia
(Imagen de la web)
No hay comentarios:
Publicar un comentario