“A propósito de la ola de calor, que hay en muchas ciudades de Colombia”.
brasas ardientes,
lenguas de fuego fulgurantes/
sin sentido, me castigan.
No es pasión, ni deseo/
lo que siento, pero ardo,
mi sangre hierve, la piel reverbera,
grandes gotas saladas ruedan
son desiertos los labios,
sin oasis que den calma.
Incendio en sus calles
vientos con oleajes que abrasan,
bien se podría invitar
a un delicioso asado
sin gas y sin parrilla.
Y mientras tanto…
las sombrillas reaparecen,
los abanicos resucitan
cualquier alero es sombra,
cualquier árbol refresca.
el sol hace de las suyas,
mi garganta grita, ¡agua! Por favor,
¡no hay!, alguien responde
la tubería se dañó,
tragá saliva, ve,
pienso en el infierno
dialogo con satanás,
no te preocupes, me dice
no te quejes,
hay fuego, en Cali, mirá
estás en la antesala del infierno.
¿Oíste?
(Imagen de la web)
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