No
sé qué será más hermoso / si esos ojos sedientos de sed
En
los atardeceres de arreboles naranjas,
Cuando
en el horizonte el sol parte /ocultando su resplandor
Entre
montañas de fuego.
O
su alma palpitante / en el crepúsculo del mar con sus olas diminutas
Que
mueven los corazones / que palpitan sobre esa inmensidad Atlántico
Que
nos llama y acaricia / queriendo ir tras el fuego
Antes
que parta.
Y
abandonamos nuestras quimeras de regreso
Obedeciendo
al deseo de nuestros cuerpos / que arden como hoguera
en
una pasión incandescente / que en su frenesí
le
arrebate al sol su ocaso / vistiendo sus cuerpos
con
el deseo de dos afortunados que un día se perdieron
frente
al arco iris naranja para resucitar
adormecidos
sobre la playa, extenuados
Fotografía de Melissa Naranjo
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