martes, 19 de mayo de 2020

AUTOEXILIO



He decidido autoexiliarme, viviré en ese país llamado “Victoria”, aquel donde el sol jamás se esconde y en sus noches alumbra la claridad de los luceros y el faro de la luna; me bañaré en sus ríos tormentosos, que caminan por las orillas reverdeciendo sus riberas, aquellos que bajan de sus cordilleras, salpicando de agua limpia las mejillas que asoman por entre sus humedales y selvas; navegaré sus espacios de corrientes dantescas y cataratas que respiran vida.

Me hamacare sobre sus arenas, ardientes como las pasiones que brotan de los corazones enamorados, tallaré sobre sus piedras mi historia y dejaré las huellas de mis pasos vagabundos marcados en el frenesí de un redoble de tambores; solo escucharé los ritmos melodiosos de mi corazón y beberé de sus fuentes el vino del amor, embriagándome de cumbia, Currulao y Mapalé.

Es en ese país donde solo se escucha el sonido ancestral de la vida, donde se sueña dentro de la placenta alimentándose de líquido amniótico, es allí donde podré escalar sus montañas rocosas asidas al cordón umbilical, remontándome genéticamente hacia el universo lleno de pensamientos armoniosos.

Danzaré entre vórtices y aristas y mi cuerpo y el tuyo al fin serán una unión cóncava y convexa, creando la unidad perfecta.

Por todo esto me exiliaré en ese país llamado “VICTORIA”, en ese espacio de mi vida, en esa parcela de mi corazón donde caben todos los sentimientos humanos necesarios y la fuerza capaz de concebir PAZ.

Imagen de la WEB- Caño Cristal


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