Sombras enterradas en las tardes silenciosas
recorren la vida sin dejar huellas,
pareciera que el mundo se hubiera callado
escondido detrás de la niebla.
Y despertamos y descorremos las cortinas
a la espera que haya una ilusión,
una voz, un descubrimiento
que nos libere de las cadenas.
Pero no, aún seguimos confinados
el tiempo ante nuestra realidad desaparece,
las horas de deslizan sin ser vistas
solo el tic tac nos advierte que seguimos vivos.
Fotografía propia
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