Mi último
aliento
de mujer
enamorada
se quedó
contigo.
Fue cierto que
aplacaste
mis tormentas,
dejando en un
éxtasis mi vida
flotando en el
vacío,
por donde
deambulan
las almas plácidamente,
cuando el encantamiento
del amor, magia
sublime,
se sumerge
en las aguas del
recuerdo,
agotándose de
tanto amarte.
Hoy te sueño
y mariposas
enarbolan sus alas,
haciendo vibrar
mi piel
y es tu
recuerdo,
sortilegio de
pasiones
sueños y ansias
de estar a tu
lado,
para vivir el
otoño
de mi alma.
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