martes, 30 de agosto de 2022

NAVIDAD 2020


 

La vida se detuvo y en el momento menos imaginado nos dejó impávidos, sin atinar a decir nada, la tristeza invadió nuestra existencia y el mutismo cerró el alma; el tiempo fue transcurriendo y cada mes que pasaba creíamos que era presagio de esperanza, pero no, llegó el mes de diciembre y estábamos ad portas de otra cuarentena y si bien continuamos con la tradición, esta celebración ya no sería igual: solo reuniones con la familia con la cual convivíamos, las novenas donde todo era alegría, nos preguntábamos: ¿para qué hacerlas? un tapabocas llamaba al recogimiento, unas gafas ocultaban nuestra mirada, el alcohol antiséptico se puso de moda, convirtiéndose en nuestro amigo inseparable, por todas partes gel antibacterial, agua, jabón y cloros para los zapatos, de verdad que nadie quería comer afuera, el pánico nos acompañaba a donde íbamos, evitábamos al vecino, al primo, al abuelo, a la tía, al médico, un estado de paranoia recorría a las personas y el miedo se vislumbraba en los ojos.

El pesebre desolado, los pastores en sus chozas, no pastoreaban, San José perdido totalmente, no sabíamos por dónde andaba; dada su edad, mayor de 70 años, estaba en el grupo de mayor riesgo de contagio, por lo tanto, estuvo resguardado, María, sola esperaba a su hijo, los días fueron eternos, tenía mucho miedo, puesto que, una mula y un buey no son compañía.

Los Reyes magos se excusaron, debido a la pandemia nos informaron que ya no harían el recorrido acostumbrado, no seguirían la estrella de Belén y nos dijeron, que por seguridad se quedarían en sus castillos, que ya será en otra ocasión la visita.

Ante esta situación, se les solicitó que donaran por ese año el incienso, la mirra y el oro, para ayudar a los menos favorecidos, dijeron que, con el mayor de los gustos, pero estamos esperando aún los presentes, tal parece que estos han desaparecido y desconocemos qué funcionarios del gobierno se quedaron con los mismos.

Ante las situaciones mencionadas, se suspendieron los villancicos por carecer de realidad en sus letras,"… Los pastores de Belén, vienen adorar al niño… La virgen y San José los reciben con cariño…", los pastores se encuentran encerrados, San José está en cuarentena y está prohibido recibir amigos y familiares en el núcleo familiar.

"Vamos pastores, vamos, vamos a Belén…" y el ¿toque de queda?, no se iban a arriesgar a ser detenidos.

La cena del 24 y la del 31, no tuvieron la opulencia de otros años, ¿para qué si no podían estar todos? Igual pasó con las velitas, las casas parecían salas de velación, llenas de velas encendidas, pero con la tristeza reflejada en los rostros, algunos vecinos se atrevieron a pasar un plato navideño, pero un poco más y lo lanzan por los aires, para no irse a contagiar del tal COVID 19, porque en este año todos somos posibles portadores.

Santa Claus, pobre anciano, sus tataranietos no lo dejaron salir, le dijeron que no fuera bobo, que no se arriesgara, que ese embeleco lo había inventado el niño Dios, entonces que lo dejaran que él se arriesgara a entregar los presentes, fue así que María no le dio permiso al niño, por lo tanto, este año nos despedimos de esta tradición, además sin regalos, la celebración perdió su encanto.

En el 2021 y como afortunadamente estas celebraciones se han venido haciendo a través de los años, en todos los hogares se celebró la navidad, no obstante, hubo contagios, pareciera que a la celebración asistió el señor Ómicron, dicen que ya le libraron orden de captura, así, que regresa la esperanza y ojalá que, en el 2022, nos podamos desquitar.

Imagen de la web.



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