Extraño
tu
mirada de profundidades,
esos
labios que saben a menta
y
tus brazos, que se agitan
como
palmeras/
dándome
la bienvenida.
¡Ay!
Amor de combates
de
copas de vino
y
boleros, que nos unen
con
besos atornillados.
Tus
susurrus, me llevan al èxtasis
tus
silencios me producen fuego,
y
es que este amor, que brindas
coronado
de gloria,
trae
el sabor de mi tierra
cuando
el viento se agita,
y
la brisa nos regala
el
olor de la caña.
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