Se
bien que descansas
sobre
la tierra reseca,
donde
antes corria un rìo
que
mojaba tus grietas,
y
suspiros entretejidos
rodaban
en tu soledad/
de
inviernos.
Algunas
veces llevabas
muscìneas
como vestido,
y
la esperanza coqueta sonreìa.
Hoy
recibes hojas en tu regazo
sintièndote
acariciada,
cuando
èl y ella
formican
sobre tu espacio/
de
calma eterna,
reviviendo
la humedad que
cuando
el agua te mojaba.
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