Un forastero cualquiera
en una noche cualquiera
pisa la penumbra, su sombra
y sus pasos resuenan sobre la calle/
recién adoquinada.
Su alma se estremece
y regresa a los recuerdos
de sus pisadas descalzas
el barro cubriendo sus pies
sus pantalones desmechados
y la tristeza del padre
que afuera lo espera.
Nada ha cambiado
sus pies aún se resienten
su alma, escarcha del tiempo,
en su bolsillo el trompo
en el otro las canicas
y en el corazón los recuerdos.
(Imagen de la web)
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