Ven, vamos a navegar mi torrente sanguíneo
Nos zambulliremos en
las pléyades azul marinas de mis venas
Recorreremos el
laberinto de mi cabeza
Y allí en el
crepúsculo de las ideas, divisarás mi amor
Por un instante, solo
por un instante
La silla turca te será
prestada para que escuches
Los tambores de
mi corazón errante
Y danzaremos solo tú y
yo en el presente
Afina tu oído porque
la brisa te puede regalar una sinfonía inconclusa
Treparemos los bejucos que te regalan mis respiros
Cuerdas y más
cuerdas acariciarán tu cuerpo
Rasgando de amor una
bella melodía
Luego juntos solo Tú y
Yo descenderemos
A ese sitio donde el
volcán arroja llamaradas de ardor
Que cubrirán el oasis
de tu piel sedienta
Haciendo de ese
espacio un grito de pasión.
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