desperté
después de este largo
sueño
desorienta y perdida
en medio de mis
razonamientos
y el aire era otro.
Caminé los mismos lugares
con nueva capacidad de
asombro
hasta el caracol en las
gradas
se movía diferente,
miles de pájaros en los
árboles
y sobre la banca del
parque.
Las palmeras sonreían
ventilando sus secretos,
hasta la piedra sedentaria
me compartió su alegría,
cuando sentada sobre esta
sentí su abrazo, porque el
viento rozó mi cuerpo
y la yerba sigilosa
me abrazó en silencio.
Fotografìa de mi propiedad.
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