Solo deseé, me
siguieras queriendo, en ese otoño tardío
cuando las hojas,
volando como mariposas
caían al suelo,
formando tapetes ocres
y mi boca traía, un
sabor amargo en los labios.
Éramos árboles añosos,
bancas solitarias y frías
manos que buscaban
caricias, sobre el cuerpo desgastado
ojos que miraban el
horizonte, sin esperanza alguna.
¿Qué fue lo que sucedió
querido?
Preguntaba ella a su
marido,
soplo de brisa fresca,
nido de mis amores
y sus ojos se
desviaron, nuevamente al horizonte,
queriendo encontrar
respuestas
mientras la lluvia
mojaba, sus cuerpos vacíos.
Fotografía de mi propiedad
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