No enciendas tus pupilas
ni escudriñes mis silencios
de vía láctea y nebulosas,
ya mis pensamientos se han cerrado
y tu imagen otrora inmensa
solo es hoy un punto titilante
próximo a desaparecer.
No trates de alcanzarme
he levantado vuelo,
ya tus brazos no me sienten
y tu voz no me llega,
ni el eco devuelve mi nombre
solo el silbido del viento
convertido en tormenta regresa.
Atrás ha quedado todo
es solo ceniza
el fuego que encendiste un día.
Y te miro desde arriba, en sobrevuelo
tú abajo, en un laberinto de confusiones,
no me esperes, no regreso
he alcanzado mi libertad.
Fotografìa obsequio del mùsico Manuel Mejìa F.
No hay comentarios:
Publicar un comentario