Y es su esencia diáfana
translúcida de amor y
pasión
y su brillo se refleja en
sus ojos.
Con sus ojos verdad de
versos
preludio de amaneceres
sobre las montañas de su
alma
que viven de su claridad
sobre la cima de la certeza.
Ecos de cantos sublimes
manos asidas a un único
sueño,
danza sublime del viento
en un eterno devenir
cíclico,
encontrándose y
reencontrándose
en épocas diferentes.
Y se siguen, se aman, se
unen
y son cántaros de miel
lo que bañan sus bocas,
espejos sus almas
en un reencuentro infinito.
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