¿Por qué me detengo?
ante el sí del abismo
que me invita a tocar
¿El último campanazo?
Sé bien que soy la última
que su espacio está lleno,
¿tal vez 51?, no lo sé
tendría que saltar
para contar las penas,
esos silencios vestidos de nostalgia
ese vacío de deseo,
esas horas en punto, sin camino nuevo
que ya no recorren espacios.
Ya no existen puertas abiertas
Ni rincones con recuerdos,
Salta me dice el viento
Salta lo ordena el aguacero.
Avanzo y retrocedo
me palpo y la miro
allí con su vestido negro,
no se inmuta, no se mueve
me da la espalda,
se retira
ya ni ella me necesita
para contar sus muertos.
Imagen de Joan Miró de la web
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