¿Por
qué la hora del destino
Se
detuvo en la suspicacia almendrada de tus ojos
Cuando
la penumbra recreó mi sombra?
¿Por
qué detuviste justo a la hora del
destino
Los
arreboles carmesí de tu pasión
Volcada
sobre el rio profundo de tu sarcasmo?
Ese
atardecer colmó mi alma de ocasos
Vertiendo
sobre esta aguacero melancólico
Buscando
escapar por la calle silente
El
grisáceo temporal cubrió de llanto los parajes
Del
amor arrumado a hurtadillas
Muriendo
a esa hora, a la hora de la entrega.
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