lunes, 26 de mayo de 2014

SACIARME EN TI

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Si no has de venir a mí
No me unjas con tu polvo de estrellas
Boca de frutos prohibidos

Si no has de venir a mí
No me siembres de rocío
Ni coseches en mi huerto

¿No sabes acaso
Que el tiempo se ha detenido
Para la recolección de frutos?

Aquí estoy, soy una Araliácea
trepando por tu ventana
Para saciarme en tu savia. 

martes, 20 de mayo de 2014

LA PRIMA ALICIA Y SU AMIGUITA LOLA

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Fue en un fin de semana, una de las tantas, cuando todos los primos nos reuníamos en mi casa, para dirigirnos a la finca de Simón “el grande”, aquel amigo inmenso de mis padres, compañeros de juventud, persona amable y muy querida por todos, siempre estaba dispuesto a compartir con nosotros, sus hijos putativos, como cariñosamente nos llamaba.

Ese día nos levantamos muy temprano, el sol apenas se asomaba por entre las ramas del árbol de aguacate y el gallo cantaba tres veces, como negándose a aceptar la madrugada. Mientras que nos cepillábamos los dientes, Lola aún no terminaba su desayuno, una suculenta arepa, huevos pericos y una deliciosa tasa de chocolate, con una rodaja de queso, corrí presurosa al comedor para ayudarla con el chocolate, Lola por favor apúrate, antes que el abuelo se vaya y te deje en casa, por fa muévete; el pito de la camioneta mostró sus dientes, era el último aviso, tomé de la mano a Lola y corrí hacia el carro, de un salto me subí, pero Lola, la más pequeña, que apenas contaba con siete años, según nos contaba nuestra prima Alicia, no podía encaramarse, tuvo mi papá que alzarla, obligándola a que se sentara, para que no se fuera a caer.

Siempre era lo mismo, nos tocaba cuidarla so pena que Alicia, llorara todo el camino, porque no teníamos en cuenta a Lola.

Estos paseos eran deliciosos, los nueve primos cuyas edades oscilaban entre los ocho y once años, nos reuníamos casa ocho días, para pasar fin de semana juntos.

Pasadas dos horas de camino, estábamos en la finca, la chorrera nos esperaba, así que nos colocamos el vestido de baño y nos arrojamos al agua, todos cogidos de la mano y mientras nos reíamos y nos aventábamos agua, escuchamos un grito, nuestras miradas se dirigieron al sitio de donde había salido la llamada de auxilio, era la prima Alicia, que con sus grandes ojos azules desorbitados, pedía auxilio, Lola se estaba ahogando, todos nos miramos, Alicia gritaba y lloraba y no atinábamos que hacer.

De pronto el primo Jorge, nadó hasta donde indicaba Alicia, que estaba su amiguita, era la parte más honda , pero todo fue inútil, Jorge no alcanzó a llegar y Lola se ahogó frente a la mirada atónita de Alicia, se hundió sin burbujas, su cuerpo no lo pudimos rescatar, pero lo que si les puedo asegurar, es que después de cuatro años de tener que andar con Alicia y su amiga Lola, fue la primera vez que regresamos a casa más holgados, ya no tuvimos que volverla a esperar, es que eso de tener una amiga imaginaria es muy jodido.


domingo, 18 de mayo de 2014

EL SUICIDA


“¿Cómo  entender su alma, cuando no vibra en este plano y solo busca una puerta de escape?”


Su alma, ruta perdida
En el sendero de la vía láctea.
Llegó con sus pies adheridos,
A contradicciones simultáneas.

Su vida, evaporada en el presente
De un pasado no existente
Y un futuro perdido en el laberinto,
De su mente desconocida.

Tocó en la puerta equivocada,
Abriéndose espacio, en la evaporación de una nube
Que ocultó los rayos del sol,
Que despejaran su horizonte.

Su tiempo, el reflejo
De horas sin tránsito,
En el justo instante
En que su cuerpo se detuvo.

Su mente busca un espacio
Entre los seres “normales”,
Perplejidad suprema
Lo que descubre.

Su vida guarda el recuerdo
Del regreso al punto de partida,
Tiene la llave para abrir la puerta,
Es el dueño de su vida.

Despierta sobre estela de luces,
En el cuarto de los artistas,
Figuras distorsionadas fluyen

De su realidad suprema.

jueves, 8 de mayo de 2014

COSECHA DE BESOS


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A ti te llamo, braza ardiente

Que quema mis entrañas

Y carboniza

Mi piel de huellas


Mis caminos se abren en senderos

Y buscan tu ceiba amanecida

De sombras y movimientos

Mojadas por la lluvia


Tus raíces se pierden en el pensamiento

Gravedad que te adhiere

A mi piel nívea

No pudiéndo escapar de este, tu sueño


Ámame, siembra de trigo

Que amanece sobre el suspiro del sol

Tiéndeme sobre tu pecho de sembrados

Y recoge la mies  de mis besos.

martes, 6 de mayo de 2014

DE MUJER A MADRE



Mujer...
Capullo, flor y deseos de entrega
Que al fundirte en el cuerpo amado
Como  milagro divino
Tus formas comienzan  a redondearse

Y late vida en tu vientre,
Y tu andar se vuelve lento
Y tus ropas muy holgadas,
Y a nueve meses de espera
De tus senos brota leche.

Con respirar entrecortado
Emerge la dulce espera
Llena de amor y esperanza,
El llanto aflora en tus ojos
Y un grito sacude el tiempo.

Y tú, convertida en madre
Lo amas, sin importarte el sexo
Lo cuidas, sin importar tus desvelos
Eres hogar, abrigo y lumbre,
Consuelo, alegría y llanto

Y son tus brazos la cuna
Y el corazón la canción
Con los que arrullas a tu hijo
Como un regalo de amor...











jueves, 1 de mayo de 2014

LOS HABITANTE DE LA CALLE Y LA INDOLENCIA DE QUIENES LAS TRANSITAMOS.

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Una de esas noches bogotanas, luego que el sol ha realizado su aparición muy temprano y los suéteres, buzos y gabanes, vuelan por los aires o se quedan colgados de las sillas de los sitios de trabajo, y el exceso de calor hace de las suyas, obligando al transeúnte a andar con ropa ligera, o  procurando no salir, para que esos 2.600 metros sobre el nivel del mar, no nos deje más cerca de un cáncer de piel, la noche se torna horriblemente fría, el viento sopla una brisa helada y el cielo se cubre con mantas negras, evitando que las nubes se conviertan en trozos de hielo.

En una de estas noches, los habitantes de la calle, con sus vestidos de harapos, arrastrando los pies y la tristeza, recorren las calles, buscando sitios donde pasar la noche.

Sus ojos vagan por lugares extraños y sus pies danzan el baile del hambre, cargan sobre si un olor característico, sus cabellos permanecen adheridos al cuero cabelludo, como si estuvieran totalmente pegados al mismo; a su lado, caminan perros de todas las razas y colores, no se les desprenden, caminan al paso de sus amos, ya no le aúllan a la luna, famélicos transitan el centro de la ciudad.

Ellos, los habitantes de la calle llevan entre sus manos, un pequeños frasco de "pegante", el cual sale por entre el cuello de sus camisetas, lentamente, lo van absorbiendo para sentir que sus cuerpos se reaniman y poder así olvidar que no han comida nada y que deben buscar sitio donde pasar la noche.

Cualquier espacio desocupado, un andén con techo, es el sitio ideal para acostarse a dormir, es así que toman sus cartones y los extienden, colocan como almohadas, sus costales y los perros, se acomodan al pie de ellos, todos tiritan de frío, se apretujan, dándose un poco de calor, papel periódico y plásticos les sirve de cobijas.


Allí, los despierta el baldado de agua fría, que les tira el dueño del negocio, quien lava su espacio, mientras que el agua penetra sus huesos, sus miradas torvas y frías, miran sin mirar, las lágrimas salen de sus ojos, y los perros continúan tiritando de frío.

A UN MANANTIAL

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Amo el manantial que se desliza
A través de peñascos y cascadas
Cayendo como lluvia
Recorriendo riberas de plantas

Ese manantial que se baña
De azules intensos y rayos dorados
Cuando la noche lo cobija
Y el sol lo besa

Ese que cuando llega la noche
Desenreda su cabellera ondulada
Llenando los cántaros
Con la melodía del agua

Ese manantial que silba en la mañana
Con el soplo del viento
Y susurra canciones
Calmando la sed del viajero

Manantial que naces
Entre los cerros cubiertos de flores
Conservando su humedad,
lecho de vida

Que salta, canta y ama
Cuando llega el verano
Acariciando los cuerpos
Que se mojan cubriéndose con sus aguas.